Durante este periodo suele ocurrir que los adolescentes estén demasiado centrados en sí mismos, creen que son la única persona en el mundo que se siente como él, o que solo a él le ocurren las cosas, que es tan especial que nadie puede comprenderlo (y menos su familia). Este centrarse en sí mismo puede dar lugar a momentos de soledad y aislamiento, o a la forma de relacionarse con familiares, amigos
Las emociones suelen ser exageradas y variables, así como cierta inconsistencia en su comportamiento son habituales, Pasan de la tristeza a la alegría o de sentirse los más inteligentes a los menos inteligentes con rapidez. Piden ser cuidados como niños y a los cinco minutos exigen que se les deje solos “que ya no son niños”. Pensar que los adolescentes están totalmente regidos por los cambios hormonales es una clara exageración. Es cierto que esta etapa supone cambios rápidos del estado emocional, en la necesidad mayor de privacidad, y una tendencia a ser temperamentales.
Sin embargo, a diferencia de los niños que no suelen pensar en el futuro, los adolescentes sí que lo hacen y con más frecuencia de lo que los padres creen. Algunos incluso llegan a preocuparse en exceso de:
- Su rendimiento escolar.
- Su apariencia, desarrollo físico y popularidad.
- La posibilidad de que fallezca un progenitor.
- La violencia escolar.
- No tener amigos.
- El divorcio de sus padres.
- La muerte.
Sin embargo, es imposible garantizar que un adolescente llegará a ser un adulto maduro, responsable y capaz. La influencia de los padres es mucho mayor de lo que se cree. A pesar de episodios frustrantes y al límite de la paciencia manténgase al tanto de su hijo, pues nadie lo va a hacer por usted.
Algunas sugerencias:
- Los valores que usted desea para su hijo tienen que vivirlos en la familia para luego ponerlos en práctica.
- Escuche a su adolescente.
- No deje a su hijo solo frente a los medios de comunicación y la publicidad. Converse sobre las películas, los video-juegos, las revistas que lee y la música que escucha.
- Hable con su hijo de los temas importantes en la vida y no evite los temas delicados o difíciles.
Y recuerde usted como padre de familia tiene una gran responsabilidad con su hijo no deje que otro tome su lugar.